Entradas de] Revista Zéjel

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«La sed» José Olmo López.

No hay en esta casarincón alguno que sacieel murmullo de las horas.Los grifos se consumena la espera de una agujaque pespunte el placer.Nadie sabequé pide la garganta.El origen de esta urgenciaque hormiguea la vozradica en la carneo quizásen la dejadez del tiemposobre la piel abatidaen la escarcha. «La sed» José Olmo López.

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«Hilos» Enriqueta Ulzurrun de Asanza y Vega

Mamá guarda en su lenguauna madeja.La palabra cosida en su boca exigevolveral lugarexacto.Recordar estrenzarfuertes bridasenseñara la mano ciegaa guiarse en el silencioporque aun habites tu casael dolor está dentropero mamá diceno temasa la profundidad de la memoriala muerte ese l h i l ola marca de haber estado. «Hilos» Enriqueta Ulzurrun de Asanza y Vega.

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«cocodrilo» Clara Llano

la sangre serena ante los grillos,como espejo de luzla superficie líquida: dientes de gotelé.imagen inmóvil excepto el ríoPaciencia, heroísmo vegetalquién puede decir que el monstruoes de carne latentequién imagina la circulación congeladaquién explica el mordisco letalde un enorme feto ahogado «cocodrilo» Clara Llano.

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«Génesis» María Fernández Albarracín.

lme esperasansiosoen el vientrepero yo no puedo recibirteno existen el panni los abrazos llcómo escarbar en las entrañasencontrarteen el abismo de lo sólidodecir síestoy contigoprecipitarme a lo llanono tener miedode buscar el sustentoentre las vísceras llljugaren las entretelas de lo blandoexponerse a la luzde lo oscurocorrer al sinsentidocuando no se pidió nacer «Génesis» María Fernández Albarracín.

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«Sólo ahí» Marina Serrano

Para que tú existascon todos los músculosadheridos a los huesos,introduzco tus cenizasen el interior de mi vientre.Sólo ahí eres posible:musgo caliente,detritus de hojarasca.Sin cuerpo, me desciendes,como lava recién parida. «Sólo ahí» Marina Serrano.

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«Así» Paula Pérez Rey.

IAsíme presento ante tus ojos:dos pies de barroy las manos sucias, cubiertasdel vino que derraman las bayas,del higo arrugado,rescatadodel último huertoque planté para ti. IIsolo queda un huesoentre la hierba: brilla único en la noche.me pregunta élsi no me he cansado del dolor,del bosque de agujas mentirosasy de una caminata apagada en la que no […]

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«cuando mi abuelo comía higos» Carla Santángelo Lázaro

cuando mi abuelo comía higosera como un sueñolos dedos machadossobre el platoagostoel solvolvía transparente el aguade la piscinahe olvidado por completosu voza veces imagino que vuelvede cuclillasenciende el fuegovolcado hacia el vacíomi hermana y yomiramos su figurade espaldasle pregunto en nuestra lenguaquè diries ara?potser resperò si fora una paraula, només una?1olivoatardecerpinocasa ja sou dues donesescolteu:no […]

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«Fue así» Manuel Pérez Matesanz.

Esto dije y no me arrepiento:“Arrugado estoy” y sigo,como el mantel de un bara medianoche.También tú, quieta,viendo pasar a los ciclistasal otro lado del río,gritando cancionesque no escucharemos juntos,que no volverán a verme.“Quiero parar de golpe”dije también,ya vendrá después el ruido,la escarcha,la grasa cristalina, mírala,manchada de sangrey de arenay al final el hambre,siempre el hambre,vendrá […]

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«Todos los hijos» Aitana Monzón.

[Premier Deuil; Bouguereau, 1888] donde los cuerpos caenuno de otroy la mancha pálidasu despertar rebusca;es ese llanto por la tierraque te olvida–sedente,una mano turbiayafiambre.“Abel,comiénzate.”mas no hay transposiciónni hay órgano.“también los hijos mueren”dice Aquelque revuelve el cerealen búsqueda de agua «Todos los hijos» Aitana Monzón.