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«Paisaje con la caída de Ícaro» Miguel Floriano.

En ti logré intuir la misma sed de conocimiento
que a mí me atenazaba ante la noche y los espejos.
Beber juntos ese licor maldito,
aquella imagen secreta.
Alcanzar la embriaguez de las formas puras
y que, lo mismo que al saber, nos coronase
un deseo tranquilo. Así llegó,
como la libertad, tu compañía.
Pero después, cuánta palabra infame
borrando aquel milagro.
Con la espada el valiente.
En este arte antiguo el dolor es tan fiel
que se confunde con la necesidad:
redescubrir los seres y las cosas
venciendo al tiempo en el lenguaje.
No supe. Te amaba.
Hoy pasan los días.
Hoy pasan los días como perros tristes
y yo te recuerdo, y me prometo
que ya no escuchas esta voz, que no nos dejas
grácilmente caer al mundo,
que ya no me equivocas con la vida.

«Paisaje con la caída de Ícaro» Miguel Floriano.

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