Un asteroide
se aproxima a la Tierra, casi roza
su atmósfera a quinientos
millones de kilómetros.
Cada cual seguirá más tarde
su rumbo, su derrota, su camino
hasta volver luego a cruzarse
después de otros quinientos años más.
Así nosotros,
en nuestras vidas breves
y más cercanas,
sin llegar a tocarnos nos rozamos
evitando tal vez una catástrofe;
con la ventaja
de órbitas que, malos presidiarios,
ya nunca volverán a reincidir.
«Un asteroide» Antonio Rivero Taravillo.