Es tu propia desnudez
Levítico 18:10

me ve desnuda: cierra su puerta


cerco erguido entre el cuerpo incapaz
de oponerse a la experiencia

y el cuerpo incapaz de perdonarlo

«Padre» Annie Costello.

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Mi madre vierte sobre el mueble de la cocina
veneno para hormigas


productos químicos letales en forma de
minúsculo arroz rosa

las hormigas acuden a él


se lo comen y al poco

caen rendidas


y acuden más


y más


todas se abalanzan sobre el festín
salvo una


hay una hormiga que carga con
uno de los granos


avanza en dirección contraria al resto
de vuelta a casa


el grano es más grande que ella pero
el esfuerzo no parece importarle


se aleja


un punto rosa sobre el mueble


quiero que mueran
todas salvo esa


qué estás haciendo?
me pregunta mi madre


le respondo
pensar en ti.

«Un punto» Manuel Mata.

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En la cinta está mi madre, su voz
me pide un beso
una mano de tamaño reducido al de ahora
abre el puño
deja caer las margaritas que había tardado en escoger
y corre hacia la boca
ahí pega su palma
hinca los dedos al azar
y siguiendo la trayectoria de un abanico que se abre apresuradamente
arroja todo su amor en el aire
En la cinta estoy yo
mi hijo también
no se oye mi voz
la suya tampoco
no hay campo
ni fiestas de gente de campo
ni olor a almendras garrapiñadas
la boca enmascarada
y no es Carnaval
el amor prohibido
el cuerpo constreñido
el algodón dulce sin hilar
la noria sin espectadores
la infancia diluida con gel hidroalcohólico
la limpieza sobre todo
sobre el juego
sobre el libro
por debajo de las pisadas…

…las magdalenas de Proust en una cinta que ya no graba nada.

«De cintas y magdalenas» Maria Pina Fersini.

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Un retrato de infancia
la inocencia a la izquierda
a la derecha paredes pintadas
GORA ETA! GORA EUSKADI ASKATUTA!
tan propio del lugar
como la amenaza cruel de tormenta


la única bomba que llegó a estallarme de cerca
en 2008
atentado contra Euskal Irrati Telebista
un golpe cristalino


mi ama llegó tarde a casa, mi aita no
quiso hablar del estruendo
los niños no comprenden la violencia

Markel Hernández.

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entre el dolor y la nada
elegí el dolor
Nacho Vegas

un sillón de mimbre
huele a todo lo que perdimos a los ocho
en la casa de mi abuela
hay una sala que recibe a las visitas
y no recuerdo verla:
cuando yo aparecí ya se había vaciado

ahora todo esto
el sillón la sala lo de antes
me amenaza como un escorzo
que cuando me doy la vuelta revela mi
innecesaria existencia

Pablo Bedía Sanjurjo.

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En el comedor duermen ratas,
enormes, hambrientas;
que fuman,
me llevan los cigarros
del bolso viejo que siempre cuelgo de la silla
que no es mía ni de ellas
sino del alquiler donde vivo.
Una renta
con ratas drogadictas que ríen,
me observan,
dejan bacterias en los vasos,
tienen sexo en el congelador.
Aprecian vivir aquí,
agradecen mi paciencia,
continúan durmiendo

 

«Ratas» Ernesto Naveda.

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Así, al terminar de comer, mis huesos hablan de no haber comido.
Ofrezco la cafetera al fuego,
 .                                                                                                      semilla líquida.


Una pantalla de luz y una imagen turquesa sobre un tiempo gris,
la gente se pregunta:
 .                                                                                                     ¿qué es el éxito?

He recogido los restos de café esparcidos en la mesa
y he pensado en los diez años que han pasado mientras limpiaba granitos de café
 .                                                                                                     esparcidos por las mesas.
Me he sentado durante diez minutos frente a diez años cansado.
Con las piernas cruzadas, ausentes, separadas del cuerpo
 .                                                                                                     -y quizá los párpados cerrados-,
ensoñado, de repente canta un pájaro
 .                                                                                                     -o quizá la cafetera silba-,
tal vez existan otras formas de ganarse la vida.

Alfredo F. Crespo.

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Se nos cierran los ojos en el sofá
Ya tenemos más de cien años
Imagino que moriremos juntos
La última película de la Guerra de las galaxias
Resulta todo un éxito


Por la mañana
A todos nos huele mal la boca
Y estamos un poco más tristes
Miro tus ojos mientras mojas la galleta

«Star Wars» Lucas Sellán.

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Me pregunto
qué haremos
ahora que hasta el pan
nos ha sido negado.
Qué marcará el inicio del día.
Cómo sabremos que el sol
trabaja otra jornada.
Allá donde nuestra vista no alcanza
mientras desde detrás del cristal
creemos que aquí acaba la vida
las voces siguen rumiando.

«Me pregunto» María Limón.

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A Paloma

Tú no eres como las demás —dijiste
queriendo enamorarme,
y pensé de repente en mis amigas,
que son maravillosas,
en las protagonistas de los libros,
en la chica del tiempo y en mi profesora
de lengua,
que me enseñó a contar.
Pensé en mis compañeras de trabajo,
en las kellys y en Uma Thurman,
y me di cuenta entonces:
a mí sí me gustaban las mujeres.

«Las demás (Cuestión de gustos)» María Sánchez-Saorín.

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