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«La petite mort» Álvaro Carbonell

Siento la catarsis del sueño, que es la vida,
cuando despierto y te encuentro
y el café se derrama -diluviano-
sobre nuestro árido jardín de nervios,
y te vas, luego, como una eyaculación lograda.
Yo celebro la obscena costumbre de tu marcha,
no diré cómo, ni cuánto, pero sí el lugar: lejos,
admirando el orden que se va
tras la estela pintada del tornado de Brosio,
del astronauta de Colbie,
de los gatos enormes o las mujeres
sobre paisajes kitsch de Eder.
Yo soporto la violenta costumbre de tu marcha recordando.
Y es que no hay arma
que me defienda mejor de ti que la memoria.

«La petite mort» Álvaro Carbonell.

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