es primero en la tarde asfixiante, el fin de la alegría
un día, tal como este, una sonrisa,
un pita en el mejor griego de la ciudad,
junto a mí un sol, un sol distinto
uno mucho más bello del que luce hoy,
una melodía, un tirabuzón en un cabello negro,
una caricia, una peli de esas raras,
la muerte encarnada
y a su vez, un tiempo, un tiempo que se repite,
uno más entre otros tantos
«Eternas verdades del primero de junio» Rubén Carrera.