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«El Aleph» Marcelo Sánchez

De él tengo noticias por los medios.
Sabe escribir de espejos, laberintos,
Bibliotecas, felinos, guapos y héroes
Militares. Reescribe El Quijote.
Acaba el Martín Fierro. Habla de Dante,
De su amor, de su amigo, de sus miedos.
Lleva una vida de escritor, tranquila.
Le llega el éxito y recorre el mundo.
Sueña el Borges autor con otro hombre,
Borges como él de nombre, para un cuento.
El personaje no consigue de una
Tal Beatriz olvidarse. Se presenta
Cada año en una casa vieja. Artífice
Del verso, el anfitrión dirige a Borges
Al sótano donde hay un punto mágico
Que es la cifra de todo el universo.
Son piezas de este sueño turbador
La enfática retórica, la ausente
Amada, la recóndita experiencia.
Este sueño insinúa el laberinto
Del soñador. Al fin, busca el soñado
Enfrentar sus problemas. Ojalá haga
Lo propio el escritor, y se libere
No sólo en la ficción sino después
De verterla de en frente del espejo.
Borges y su reflejo se me mezclan…
No sé cuál de los dos desciende al sótano.
No sé cuál de los dos está más solo.

 

«El Aleph» Marcelo Sánchez.

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