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«Donde la luz» Álvaro Carbonell

Ya la sombra es el nido cerrado […]
ya recoge en sus cuevas cuanto la luz derrama

Miguel Hernández

Donde la luz exige el tamiz de la persiana,
multiplicar al fin la unidad sin fin de su rastro,
prolongar sus delgados dedos numerosos
que -inocentes- tocan todo lo que ha sido
diseñado para el tacto. Van quitándole al día
su polvo de penumbra, el maquillaje sombrío
que oculta el horroroso rostro de la tarde.
Van descubriendo insectos huidos tras las lámparas.
Afilados cuchillos que sin piedad descuartizan
al alba el imponente animal de la noche.
¡Bebamos juntos de su nutritiva sangre!
Sogas tensas sobre las que hacen equilibrio
-funambulistas- las sombras más habilidosas.
Donde la luz: un cuerpo iluminado que la mira.
No sé hacia dónde mira un cuerpo que mira hacia la luz.

«Donde la luz» Álvaro Carbonell.

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