Yo tengo clavada en la conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero.
Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales
Blas Infante
Muere
muere un jornalero
. (otro, otro)
tras un golpe de calor
y ser abandonado
en un centro sanitario.
Encomiéndate.
Encomiéndate a este suelo que trabajas,
pero nunca será tuyo.
Entrégale tu corazón
-alimento de fresas y aceitunas-,
riégalo con tu sangre.
Escoge una brizna de aire,
un soplo de fuego,
y ponte de rodillas.
A rezar, a morir,
pero de rodillas.
Mujer temporera
se convierte en esclava
esclava sexual
. (otra, otra)
en los campos de Huelva.
Entrégate.
Entrega tus pies y tu vientre
y tu lengua, tus dientes.
Entrega tus caderas y tu sexo
al patrón a caballo
que va camino del Rocío.
Y tú, de rodillas.
Tú de rodillas:
a ser embestida,
a rezar o a morir,
pero de rodillas.
Baratísimo, niña,
el fresón y el tomate los tengo baratísimos. Solo cinco euros el kilo,
. (Veinticuatro
. euros el cuerpo
rojísimos
. tostados de sangre y sol
y jugosos
. se pudren en las semillas;
. se te quedarán entre los dientes
. y germinarán ahí
. las vidas con las que se abonan).
¡Y por solo cinco,
. (solo cinco)
solo cinco euros el kilo!
«Fresón de Huelva» Paula Melchor.
Todos los hombres que trabajan se parecen a mi padre.
Mi padre es un hombre común:
cincuenta años
dos hijas y una
mujer a la que besar por las mañanas.
Siete horas diarias de jornada laboral
y un campo al que volver
los fines de semana.
Mi padre
ha sido muchos hombres:
. pintor albañil
. electricista y panadero
ha tenido
muchas y variadas
formas de muerte laboral
. [y ahora cuida de las flores.
Mi padre ha sido muchos hombres
hasta alcanzar la calma necesaria
para ser mi padre.
«Todos los hombres que trabajan» Paula Melchor.